Restaurante belga

El restaurante no es muy grande y las mesas están muy juntas las unas con las otras, pero tanto la comida como el servicio son estupendos.Este restaurante es para ir de celebración de algo importante, también tienen menú del día de Lunes a Viernes en el que te ponen un primero y un segundo, bebida y postre, no tienes posibilidad de elegir ningún plato por que sólo hay uno de cada.Si vas de carta, te ponen un aperitivo y pan con mantequilla, los mejillones en cerveza belga están muy buenos, aunque son un poco pequeños, te los ponen con un vaso de cerámica de patatas fritas, te ponen como unos cuencos con agua y limón para que después de comértelos te laves las manos. También probamos el entrecot y costilla de cerdo, muy buenos, pero yo me quedo con la costilla de cerdo, buenísima. De postre nos cogimos una creme brulee ligera y muy buena.La atención de los camareros muy buena.

Lugar bonito y tranquilo donde comer platos de calidad. Camareros super atentos y amables. Para volver ☺️

La paella para 2 muy buena, recomendable. El servicio inmejorable, todo muy limpio.

Pésima experiencia, la mujer de la barra solo sabe gritar y maltratar a sus empleados y hasta a los mismos clientes. Trabajo en hostelería hace muchos años y jamás había visto algo tan patetico, los únicos agradables son los camareros y me da pesar por ellos que tengan una jefa tan falta de respeto y falta de empatía.

Una atracción son las cervezas belgas con un cuidado aceptable de los platos se siguen las medidas por el covid

Uno de los restaurantes con la carta más original que he visto.Tienen gran variedad de cervezas belgas, carnes, sándwiches y tortillas.No sirven tapas, pero los precios son acordes a la cantidad y calidad ofrecidas.Las vistas son inmejorables a pie del muelle del puerto deportivo de Aguadulce.

Siguiendo con la gira de probar la mayor cantidad de bares del centro, llegamos a CafeeKe. Desde nuestra llegada, nos atendieron super rápido, aunque ya estaban por cerrar. Ofrecen una amplia variedad de cervezas belgas tiradas, a buen precio. Pedimos una tortilla para picar algo, y fue bastante desilusionante.. Por casi 8 euros esperábamos algo relativamente abundante, pero era una mini tortilla, sin sabor prácticamente. El resto todo muy bien, volvería!

He ido en un par de ocasiones y lo regentan un matrimonio muy majo: ella madrileña y él belga. Nada más entrar ya te recuerda a las típicas tabernas belgas de toda la vida: todo en madera, con tonos alegres en las vidrieras y unas mesas firmas y cómodas. Tienes zona para sentarte en la barra y en el comedor. Cuando te sientas, te das cuenta de que está todo un poquito comprimido en espacio pero aún así se está a gusto, especialmente cuando se empieza a llenar el establecimiento. De caña suelen tener Leffe tostada y rubia y una sin alcohol, además de diferentes cervezas (belgas, obviamente) en la nevera, incluyendo alguna rara que trae el dueño de importación.Respecto a la comida, decir que yo he probado las típicas patatas fritas belgas, que se cuecen y luego se asan y que están ricas, aunque a veces quedan un puntillo aceitosas, también he probado la hamburguesa de Angus (¡cómo no!) y no está mal, aunque igual la carne un puntillo reseca para mi gusto -soy de carne al punto-, ser en sí, es enorme y el pan es de mollete, con lo que compensa bien y el pan tiene la consistencia perfecta. #PartyOnLG

Sitio familiar, comida estupenda y Carlos un gran persona que se desvive porque todos salgamos bien comidos y bebidos.

Sorprendido gratamente por su relación precio -calidad y en especial por la profesionalidad,sin perder su carácter amigable y familiar, del servicio. Excelente.