Cervecería

Si bien no tiene una calidad excelente es más que notable para pasar un rato, la atención es muy buena tanto por el encargado como la chica joven de color (parece que solo está pendiente ella de las mesas, el resto ni mirar).Precios muy muy competitivos que te llevan unos años atrás donde no te cobraban 10 euros por unas patatas bravas como otros establecimientos de la zona.

Muy buena atención, muy atentos en todo.Imprescindible probar las gambas pilpil

Los 100 montaditos un clásico de los bocadillos para todos los gustos, un buen lugar para picar. La variedad sigue siendo tentadora y la terraza se disfruta en estos días que empieza el calorcito. La atención es buena y rápida. Sólo qué en estos días que se valora la limpieza, se ve que tienen falta de personal para tener limpias las mesas, el pobre chico no da a vasto con tanto trabajo, es lo único.

Me da pena escribir esta reseña, solo con animo de mejorar y compartir mi opinión . Terraza con mucho mucho ruido. La carta barata, si, pero todo fritura, de la bolsa a la freidora.

Fuimos a Madrid a pasar el día y estuvimos tomando unas cañas y unas Gildas, nos gustó mucho el sitio.

Un lugar tranquilo y ameno para compartir momentos.especiales los aperitivos muy agradables y las bebidas también

Llegamos hasta aquí de casualidad. A pesar del primer inconveniente para sentarnos en la terraza (estábamos esperando mesa y sentaron a otros antes que nosotros, que llegaron después). Después de quejarnos, se volcaron con nosotros, en seguida nos dieron mesa, el servicio de los chicos jóvenes muy atento, la comida salió rápida y todo estaba muy rico. Solo le falta un poco de organización entre los camarer@s. Recomendable y volveremos

Entre semana sirven menú del día, tienen varios platos para elegir y la comida es estilo casera. El servicio es rápido y el ambiente agradable.

Mucha variedad de cerveza, tanto de barril como de botellín, alemanas, belgas, estadounidenses… que las puedes acompañar como hicimos nosotros con un perrito de salchicha alemana o una hamburguesa con carne casera (guisada y preparada por la cocinera y además dueña del local), y de los otros muchos platos de su carta (hay comida VEGANA). Antes de marcharnos nos regalaron una jarrita de margarita debido al aniversario del local, además de regalarnos también dos vasitos de cristal de recuerdo. La camarera fue muy atenta y amable. El local está dividido en varias zonas, la terraza es muy agradable y la decoración es muy bonita.Repetiremos para probar el famoso codillo alemán.

Los pokes resultan excelentes pero sólo pude probar dos porque a primera hora del día no les quedaban más. Seguiré insistiendo para probar otros.