HOTEL MAYARÍ

Hotel gratamente sorprendente por el bienestar que proporciona gracias al ambiente acogedor creado por su dueño y director Joaquín Román Rivera. A destacar la limpieza y el confort tanto de las habitaciones como de las zonas comunes y sus múltiples terrazas y rincones. Una decoración esmerada, de destacada belleza y exquisita sensibilidad recreada en cada pieza expuesta a los sentidos del visitante. Atención al cliente cuidadosa y personalizada. Desayunos deliciosos. Y lo mejor de todo, la invitación a la conversación y al encuentro, en una disposición integradora de aceptación y respeto. Muy recomendable

Un hotelito con encanto, esta genial, comodo, bien situado, con unas vistas preciosas, super limpio, atención personalizada, no esta en primera linea de playa, pero esta lo suficientemente cerca y a la vez lo suficientemente alejado para estar super tranquilo. Me ha encantado

Es fabuloso, familiar, Joaquin es una persona muy amable, nos encantó descubrirlo, lo recomiendo 100%.Desayuno fantástico y habitación cómoda, cama grande, terraza bonita, climatización silenciosa,

100% recomendado.Joaquín es una persona humilde y culta, además de súper servicial y que se preocupa por los clientes. La atención no podía haber sido mejor.El hotelito es muy mono. Unas vistas súper chulas desde sus terrazas. El desayuno nos lo personalizaron por los problemas con el gluten de mi pareja y nos encantó.Como sugerencia pondría una mantina o un edredón fino en el armario de la habitación (la verdad es que no lo pedimos, así que en parte fue culpa nuestra) porque refrescó un poco de madrugada y no nos aclaramos con el aire acondicionado.Repetiremos sin dudarlo. Y especialmente recomendable para desconectar de la vida moderna.

Acogedor y tranquilo hotel, con distintos ambientes y zonas comunes decoradas con cuadros, esculturas y objetos para ver con tiempo. Habitación un poco justa. Desayuno muy completo. Se queda pendiente para pasar mas adelante ya que íbamos como quien dice de paso.

Hermoso hallazgo !!.Días,deliciosos disfrutados en este espacio mágico ( Cabo Cope,Calabardina ),hotel,encantador,acogedor.Te reciben tánto l recepcionista,dueño,D.Joaquin Romamcresdir d este espacio como sus obras d arte,abiertas y generosas a la mirada del q llega para disfrutárlo/las o para una mirada ráuda.El Alma,escultura,te dá la bienvenida,recoleta,semiescondida junto a los cactus magnánimes,exuberantes;así,como l resto d los espacios abiertos a cuántos transitan,descubriendo a sus moradores,anfitriones : pinturas,libros,cartografía;música,,observadas mudas,d quiénes se detienen a lérlas,acariciárlas,contlemplárlas,disfrutárlas.* Habitación,cálida,acogedora ,abierta a la montaña,bahía.* Desayunos,ricos,nutrientes..ágapes,cuidados..por el Pequeño Gran Hombre,Joaquín,anfitrión de ese lugar/hogar,nuestro hogar por unos días,horas;instantes.Gracias por l disfrute en la conversación,comunicación,cuidado y humor..ah !, ..Y,vino rico.,,,,,Hasta la vista !!!

Lugar encontrado por casualidad.Mi marido y yo hemos pasado cuatro días geniales allí.Todo el hotel es maravilloso: habitaciones, decoración, limpieza, pulcritud ... El desayuno es variado y fantástico, pero lo que es realmente excepcional es Joaquín: detallista, servicial, agradable y sobre todo culto, es de esas pocas personas que nunca te cansas de escuchar.Sin olvidar el trato inmejorable de su mujer y de la trabajadora que les acompaña. Entre los tres logran que la estancia sea perfecta.Sin duda, repetiremos.

Sólo estuvimos una noche y nos sorprendió muy gratamente. Creo que el adjetivo que mejor lo define es, EXQUISITO. La arquitectura, la decoración, la luz, la limpieza.... todo perfecto.... Más que un hotel parece una galería de arte. La cultura está presente en cada rincón; pintura, fotografía, escultura, cartografía, literatura, música, antiguedades....Terrazas comunitarias donde se está de maravilla, y desde las que recomiendo ver el atardecer y el cambio de luz en la hora mágica.... Balcones en algunas habitaciones.... Sala pequeña de exposiciones....El anfitrión correcto, servicial, atento.Gracias Joaquín, por tu amabilidad y por todo. Y felicidades por crear un espacio tan mágico.Un lugar al que deseas volver. Lo recomendamos mucho.

Es el lugar perfecto para descansar, para disfrutar del silencio nocturno y diurno. Muy recomendable para desconectar de la rutina. El señor Joaquín ofrece un trato exquisito y personalizado, una persona con la que vale la pena conversar, culto, simpático y muchas cualidades que me han quedado por descubrir. Volveremos pronto y con más días!