CAS

La verdad que suerte al encontrar este centro para mi hijo.desde el principio del tratamiento supieron fiarnos a mi y mi mujer, siempre.comunicados con nosotros.Mi hijo es otra persona de estar en un ollo sin control a llevar su vida encaminada sin drogas.Gracias al esfuerzo de el y el bien hacer del equipo del cas, estaré agradecido para siempre

Yo estuve allí me acogieron muy bien he terminado allí mi tratamiento y la verdad que son gente muy amable y profesional con un trato inigualable, profesionales muy cercanos.

Podría escribir un libro con las experiencias que he vivido desde que empecé mi tratamiento en el CAS, por lo que intentaré resumirlo como pueda.Tras más de 15 años consumiendo, mi politoxicomanía me había arrastrado a un mundo en el que la vida no tenía sentido: me era imposible vivir conmigo mismo, había desintegrado mis relaciones familiares y sociales, no podía mantener mi trabajo, nada me ilusionaba y un sinfín de etcéteras.Ingresé en la comunidad del CAS porque era la única solución que había para encauzar una vida desperdiciada como la mía, y no tengo más que palabras de agradecimiento a día de hoy, que sigo en tratamiento ambulatorio.Las cosas claras: no es fácil. Hace falta reestructurar el pensamiento de un adicto, en parte también el de los familiares, y eso requiere voluntad y tiempo por parte de todos. Desde que empecé mi tratamiento he visto a muchas personas abandonar el proceso terapéutico, e incluso morir a compañeros, ya que sólo es posible la recuperación si te abres en canal, hurgas en tu interior, y reconoces cosas de las que nadie puede sentirse orgulloso. Hablando claro, después de 15 años sumido en la droga, hacen falta más de dos meses para rehabilitarte, de eso puedo dar fe.No creo que mi caso haya sido de los más difíciles, aunque tampoco lo puse fácil al entrar en la comunidad (tampoco sé si ahora en ambulatoria). Protestaba por todo, echaba pestes por la boca tanto de la empresa como de los terapeutas, culpaba a los demás compañeros por su ineptitud, la rabia me consumía, hasta que poco a poco fui abriendo los ojos y dándome cuenta de que no estaba allí de vacaciones, sino para tratar una enfermedad. Dejé de prestar atención a los pequeños problemas de la vida cotidiana como que se estropee el lavavajillas, que un paciente no sepa hacer o que un terapeuta me haga esperar, para empezar a preocuparme por las razones que me hacían no saber gestionar esas nimiedades. Dentro de la comunidad se encontraban todos los medios necesarios para que una persona cualquiera como yo pudiera aprender a vivir de nuevo. Pero es necesario confiar, ya que uno no es capaz de verlo cuando entra ahí. Después solo queda aprovechar las herramientas que se disponen a tu alcance.Debo hacer especial mención al increíble equipo humano que me ha acompañado en cada minuto del proceso, al igual que a todos los compañeros que he tenido durante mi tratamiento. No quiero mencionar a nadie en concreto porque cada profesional ha sabido darme lo mejor que podía. Con su ayuda, he recuperado la confianza en mí mismo, la ilusión por la vida, la relación con mi familia, un trabajo digno y de calidad, he superado el duelo por un ser muy querido, he aprendido a levantar las barreras necesarias para mantenerme en el buen camino, y todo lo que me queda por descubrir, que seguro que no es poco. Todo esto lo puedo decir orgulloso antes de finalizar el tratamiento.Al que pueda estar buscando una opinión de primera mano, me siento más que satisfecho con los resultados obtenidos en el CAS. Hay centros más caros y más baratos, y en lo que respecta a éste, cada céntimo invertido merece la pena. Así lo creo yo y aquellos a mi alrededor que realmente me quieren y me animan a continuar en esos momentos en los que las fuerzas y la voluntad flaquean.¡Muchas gracias por todo, y a seguir viviendo!

Personalmente cuento mi experiencia en el CAS, 18 mil euros tirados a la Basura, el buen trato son los 3 primeros días, las terapias son los terapeutas" los que eligen quien habla

Una experiencia que me ayudó a volver a vivir. Tras 11 años de consumo de varias sustancias, recibir vejaciones, maltrato por ex parejas y querer morirme ellos fueron mis pies y manos. Gracias por nunca dejarme, ser el fiel apoyo de mi familia a la que jamás dejaron de tratar y ayudar. Fuisteis, sois y seréis mi familia. Vuestro trabajo y dedicación a cada paciente es único. Eternamente agradecida

Gran centro y mejores profesionales. Sin duda, lo recomiendo para personas y familiares que necesiten ayuda.

Que lastima que se aprovechen de la necesidad de recuperar a un familiar, para sacar todo el dinero que puedan, eso no es de ser un buen ser humano.Para quien quiera meter a su familiar en este centro, tiene que saber que la Sra. Mercedes una vez que consiga su objetivo, se olvida que existes. Por otro lado, con todo lo que cobran los tratan como si estuvieran en una cárcel o como si fueran delincuentes, pues son personas que buscan recuperarse.No engañen a las personas, sean un poco empaticos que no saben lo que el día de mañana les puede deparar el destino.

La opinión que tengo de este Centro es Negativa.Mi familiar estuvo en el Centro casi medio año en modo de ingreso, conviviendo con un equipo terapéutico que, supuestamente está especializado y después de este tiempo resulta que no tienen diagnóstico de posible patología dual y en su caso, cuál es ésta, Te dicen que eso no se hace allí, cuando es lo primero que te cuentan que van a hacer al ingresar.En este caso, el equipo terapéutico no logró llegar hasta mi familiar. El paciente adicto levanta barreras para protegerse y no ser sacado de su zona de confort, estas barreras deben ser salvadas por el equipo terapéutico, cosa que aquí nunca ocurrió.También en este caso un seguimiento cercano por parte del médico era imprescindible, pero las consultas eran esporádicas, la última tuvo lugar meses atrás. Digo médico porque sin querer poner en tela de juicio su competencia ni su preparación, era Licenciado en Medicina, pero en las conversaciones con los terapeutas siempre se referían a él como El Psiquiatra"