Casas Rurales en Moratalla Murcia : Casas Rurales Los Cuatro Vientos en Moratalla

Fin de semana espectacular. En la casa no falta de nada y el trato del anfitrión excelente. Nos encanta volver a Los Cuatro Vientos siempre.

Un sitio estupendo para desconectar y estar en armonía con la naturaleza. El servicio fue inmejorable paco un verdadero crack volveré seguro y sobre todo a tomar un cóctel en el paype cafetería los recomiendo 100x100

Hemos estado este fin de semana un grupo de amigos. Ideal para ir con peques y con un entorno precioso.Están muy pendientes en todo momento de que no falte un detalle.Nos recibió Paco, un encanto, explicándonos muy amablemente la disposición de las instalaciones y ofreciéndonos su ayuda por si surgiera algún imprevisto a lo largo de la estancia.Sin duda repetiremos.

Hemos estado en el ático Solano y ha sido una experiencia muy agradable. El ático acogedor y las noches con vistas y un fresquito que en julio se agradece.Jesús muy amable y atento.Sin duda repetiremos.

Lugar precioso, los dueños súper amables y atentos. Nos hemos sentido súper cómodas y acogidas en la casita Levante. Volveremos sin lugar a dudas.

Pasamos un fin de semana en el ático Solano. Conocíamos el complejo pero no el ático.Estuvimos super bien, tiene una terraza estupenda y el interior muy acogedor y con todo lo necesario.Nos recibió Paco y nos mostro las instalaciones, nos aconsejo sitios donde comer y rutas para hacer. Se ofreció para cualquier incidencia, que por suerte no tuvimos.Se agradecen los detalles de bienvenida. Una pena no poder disfrutar de la piscina, porque aunque fue un fin de semana muy caluroso, todavía no era temporada.El contacto antes de llegar fue por wsp, muy fluido y sin ningun problema.Gracias y esperamos poder repetir.

La dueña nada empatica con sus clientes, cuando hay algún problema te buscas la vida y te lo solucionas tu mismo. Su padre lo mejor nunca la llames a ella. Tuvimos que comprar una nevera para poder tener bebida fría, sin mosquiteras todo tipo de animales y bichos dentro de la habitación, en el ático te venden vistas fantásticas pero cuando te pones en la cama un foco te encandila