Monestir de les Avellanes

Sitio acogedor y tranquilo. La atención es excepcional. La recepcionista nos ha atendido muy amablemente y nos recomendado un restaurante fenomenal. Buen lugar para salir de la ciudad y descansar un poco.

Exteriores muy bonitos, restaurante de mantel, pedimos 4 menús infantiles que estaban muy bien, con primero, segundo, bebida y postre por 15€ cada uno, 1 kilo de carne trinchada para compartir entre 4, 4 croquetas de gambón, una ensalada muy tropical con frutas, jamón serrano, olivas negras y queso de bufala, agua, 1 botella de vino tinto del monasterio (para mi gusto un pelín fuerte, pero rico) y 1 café solo. Total 162€.Todo muy rico. La carne estaba deliciosa.

Monumento histórico reconvertido en alojamiento de 3 estrellas, que en realidad es equipamiento de 4...La visita guiada super recomendable sin desperdicio alguno.Restaurante de primer nivel con carta equiparable a estrella Michelin. De hecho el chef ha sido catalogado como tal.Exceptuando un/a camarer@ principal, el resto poco profesionales.

No es la primera vez que me ocurre cuando dejo una reseña negativa. El hostelero tiene siempre razón y el cliente es un indocumentado o tiene mal día. Amén de inesactitudes, de los dos steaks que se pidieron uno se devolvió la cuarta parte, y no pretendía una rebaja" en la cuenta. Me ratifico en todo lo dicho y reitero

No e podido llegar ni a probarlo, ya que cuando llamamos para reservar con 3 semanas de antelación nos dicen que aún no han abierto agenda y a más cuando les dices que vas con un pack regalo, su respuesta es que tienen desacuerdos con los de la empresa del pack y no lo aceptan. Que si lo solucionan te dicen algo pero cuando intentas volver a contactar nadie coge el teléfono. Me parece patetico que se anuncien en empresas de packs regalo cuando no los aceptan ni en temporada baja. No lo recomiendo

Fuimos en finde semana por recomendacion de conocida, sitio bonito y relajante, pedimos cuatro platos, hay un plato no tiene nada que ver con la forma de presentacion en la carta, pero sabor no esta mal, me gusta y otro plato entrecot vale 23,95 euros, la carne lo pidió al punto, llegó, desde fuera se ve bien, dentro rojo, pero nos cuesta a cortar, parece chicle." Casi tirado todo

Ubicado dentro del Monestir de les Avellanes, conserva la calma y la sensación de lugar sagrado.Rodeado de bosques, uno se llena de serenidad y paz, tanto por el Monasterio como por el entorno.

Fui a cenar al restaurante ya que no hay nada más alrededor y sinceramente me decepcionó bastante. El menú del día se veía bastante bien, eso se lo doy en su favor, pero como fui en fin de semana tuve que comer de la carta.Los precios excesivamente altos por el nivel del restaurante… un gazpacho no excesivamente grande ya valía unos 17€ ! Me parece criminal. En la carta sólo había una ensalada y, aunque estaba bastante buena, considero que por lo menos un restaurante debería ofrecer más opciones. Esta también con su respectivo coste de 16€… lo dicho, un robo.Sin lugar a duda uno de los robos más grandes de esta humilde y costosa cena ha sido el pan. Ofrecer pan en tan malas condiciones debería ser un crimen, tan duro como el hachazo que me pegaron con la cuenta…El otro robo ha sido el postre, aunque a este les doy el beneficio de la duda porque depende de los gustos de cada uno. Hemos pedido los “daus de prèssec marinats” y me han decepcionado bastante. Eran tres trozos marinados de melocotón (que no estaban muy sabrosos para mi gusto) sobre un trozo de pan estilo brioche (esta vez sí que estaba mas blando). También venía acompañado de un helado de chocolate blanco y coco rallado por encima de todo.Casi se me olvida, antes del desastroso postre, el servicio me ha decepcionado bastante al ofrecernos la carta de postres mientras una persona de nuestra mesa seguía comiendo. Creo que si ponen precios tan elevados por lo menos podrian hacer el efuerzo de justificarlo con su servicio a la mesa.En conclusión me llevo una mala experiencia del lugar y sinceramente no lo recomiendo por su relación calidad-precio.

En un entorno precioso se encuentra este bonito restaurante. Comida correcta en calidad y cantidad, pero sin ese plus que buscas en lugares recónditos de montaña. El servicio amable y eficiente aunque la cocina se retrasó mucho y entre el primer y segundo plato pasó un tiempo excesivo.

Ambiente de paz y recogimiento. Si buscas tranquilidad y comodidad aquí tienes el sitio. Se agradece que no haya TV.Restaurante solo tiene menú durante la semana, fines de semana es a la carta un poco caro.