MESÓN MERMECINO

Nos atendieron muy bien, el camarero fantástico, muy simpático y pendiente de nosotros a cada momento.La comida fabulosa y bien de precio.Os recomiendo la parrillada de embutidos, está espectacular.

Dejo una foto del vaso lleno de churretes, estaría fregado pero no limpio, lo mismo me pareció la comida, estaba cocinada pero no rica, ni el pan me gustó, aquí no volveré nunca más y es una pena, por qué el entorno es maravilloso, espero que tuviesen un mal día y me tocó a mí los peores platos y el peor servicio, por si acaso no volveré a pasar por ahí para comprobarlo

Después de una mañana refrescante en la charca la Pringue decidimos parar aquí para comer algo antes de seguir nuestra ruta por la Sierra de Cazorla y fue todo un acierto, las cervezas bastante fresquitas para sofocar el calor, la comida riquísima y la atención muy agradable. Probamos varias cosillas de comida pero nos sorprendió el pulpo de monte" que no voy a describir

El restaurante está situado en pleno corazón de la sierra de Las Villas, en un lugar idílico. La atención del personal es excelente y la comida insuperable. Volveremos sin duda.

Buena atención por parte de los camareros y comida muy buena si como las hamburguesas el entorno es muy bonito y agradable.

Un lugar precioso y tranquilo dónde disfrutar de la naturaleza en mitad de la Sierra de las Villas. Un trato muy familiar y divertido gracias a Albert y Ana y a todo su equipo, hacen que la estancia allí sea inmejorable!!! Para los que venimos de la gran ciudad es un paraíso natural fantástico. Cada año bajamos de visita y nos sentimos cómo de la familia.

Muy buena carne a la brasa a precio razonable. Las raciones son bastante grandes. Atención y servicio impecable

Siempre es satisfactorio encontrar un mesón donde reponer fuerzas, en mitad de la sierra, pero si además convierten tu experiencia en algo muy especial, mejor que mejor.Paramos allí por que nos lo habían recomendado, a un local de los de siempre"

Visitamos el restaurante este verano al estar por la zona de turismo. Esperamos un poco ya que éramos un grupo grande y la terraza estaba llena. Mientras, nos tomamos unas cañas con degustación para amenizar la espera. Probamos varios entrantes: salmorejo, costillas de cordero, chorizos, toda la carne a la brasa, espectacular. Como plato principal nos pedimos su hamburguesa de buey que no puede estar mejor, riquísima y abundante. La mayoría no pudo comérsela completa y no hubo problema y envasarla para comer en otro momento. Hemos de agradecer un detalle que tuvieron con todos los que estábamos allí. Llegaron uno tipos pegando acelerones con las motos y metiendo ruidos que hizo llorar a un bebe y sobresaltar al resto, por lo que se les reprocho la gracia y por ello, se le negó el servicio por parte del propietario lo cual todos valoramos.