Café Pavón

Es lugar bastante amplio y tardan poco tiempo en sentarte. La comida buena, el ambiente tranquilo, el servicio lo mejor. Camareros súper amables, que te atienden bastante rápido. Un lugar muy recomendable para comer, beber unas cañas o tomar café.

Pésimo servicio, mayoritariamente por parte del camarero lunes 13 de noviembre a las 4 de la tarde en la terraza. Le pedimos la carta hace 40 minutos, al no traerla la cogimos de la mesa de al lado y cuando vino con la carta la colocó en la mesa de al lado y ni si quiera se dirigió a nosotros para tomarnos nota de nada. Sus aires de prepotencia y sus pocas, por no decir nulas ganas de trabajar nos han hecho elegir otro bar para comer. En definitiva, no volveremos..

Un buen café/bar para platicar entre amigos y comer algún snack español, en miércoles en la noche se encontraba lleno, tuvimos que esperar un tiempo para poder conseguir mesa, aunque también se puede estar en barra, la comida buena y precios normales para Madrid, lo único que puede mejorar bastante es el servicio, demasiado tardado y parece que no te hacen caso ni te voltean a ver.

El emplazamiento es extraordinario, los esgrafiados de los paramentos externos lucen lindos, y la fachada en chaflán, con esa torreta metálica que soporta el reloj, es única y se ha remozado hace relativamente poco tiempo, de modo que se alza espléndida y sugerente de otros tiempos optimísticamente mecánicos. Disfrute usted de la vista desde el exterior y si se decide a cruzar el umbral, dirija su mirada hacia arriba y hacia afuera. Cuando no le quede más remedio que mirar hacia la barra y el muro interior, es probable que se le caiga el alma a los pies. No mire al suelo aunque su alma esté por allá abajo: no le va a agradar mucho lo que vean sus ojos. El establecimiento tiene una planta de arco de 90° con barra paralela al muro interno y techo alto de madera labrada con grandes casetones. Desgraciadamente, el aspecto del interior es indeciso y despreocupado en el peor de los sentidos. Parece más sucio de lo que probablemente está. Tras los estantes de rejilla metálica y luz indirecta dirigida hacia las botellas en exhibición, se encuentra el inevitable muro de ladrillo visto con pegotes de yeso alrededor de los cajetines de los enchufes. Encima de la barra hay de todo: la botella del detergente, los grifos de cerveza, bandejas, vasos, jarras, teteras, ceniceros, contenedores de servilletas de papel y otros objetos de más difícil identificación. La amalgama de objetos adosados al interior de la barra son la viva imagen del desorden repelente, el amontonamiento forzado y la disuasión para el consumo de bebidas y alimentos. Para que nos entendamos: la barra y todo lo que cobija son la penosísima apoteosis del cutrerío". El suelo está cubierto de un terrazo espantoso

Pedi una tarta de chocolate con helado de pistacho, la porción es grande y con buen sabor, el sitio es agradable y tranquilo, buen servicio.

Bar / café junto al teatro Pavón, su historia se remonta al año 1924 en el que fue construido el teatro Pavón de estilo Art Decó. Tiene unos ventanales gigantescos que permiten que entre la luz natural y se conserva su antigua barra de zinc de bar de barrio junto a sus techos originales de madera Art Decó, todo esto le da un encanto especial.Sus especialidades son ensaladilla, hamburguesas, bocadillo de pastrami, ..., también hacen un guiso al mediodía (había lentejas). Además tiene fama su vermut de grifo.La tortilla muy buena, se nota que es premium en su elaboración, lo único un pelín subida de sal (8/10), la acompañan con unos molletes tostaditos muy ricos.

me gusto, de hecho me sorprendió para bien. Buen ambiente y buena musica. Nos atendieron muy rápido y bien. 5,60€ por 2 vermu + tapa. Estaba un poco sucio, pero entiendo que era por la cantidad de gente que reciben a diario porque siempre lo veo lleno! Buena opcion para caña con amigos y llevar a tu compañero perruno, porque los reciben amorosamente. Recomiendo!

Lugar perfecto para hacer una parada de vermú y tapas en un anti domingo. Las mesas de las terraza tienen un 10% de suplemento.La carta es acotada pero lo que probamos estaba muy bien:- bocadillo de pastrami (8,90€)- ensaladilla (8,90€)- vermú de grifo (2,80€)- provoleta (9,50€)El servicio muy bueno. A mejorar los aseos que no tenian papel ni estaban limpiosSe suele llenar así que ir con paciencia.

Buen sitio de vermut y tapas para picar con amplio local estilo antiguo en el interior y terraza de varias mesas. Suele estar muy concurrido, especialmente en fin de semana. La ensaladilla rusa muy buena y el pincho de tortilla bueno también.Servicio muy atento con varias personas trabajando en salon y terraza.

Muy buen sitio , la terraza estupenda, llena de gente pero sin molestar. Dentro, también muy bonito, el techo una preciosidad de madera. Era el antiguo bar del teatro Pavón. Por lo que la fachada es muy bonita y cuidada. Hacen unos cocktail muy buenos. Los camareros muy simpáticos y amables.