Parque Nacional de las Tablas de Daimiel

Lo visitamos en el mes de marzo, había poca agua, y mucho calor. Recomiendo visitar a primera hora de la mañana o última de la tarde. Llevar gorra en la cabeza. Hay varios recorridos. A pesar de que tenía poca agua es ideal para dar un paseo disfrutando de la fauna y la flora. Entrada gratuita. Recomendaciones.

Muy bonito y bastante bien conservado que pena que había poquita agua. Vimos pocos animales la verdad algunas Ocas, patos y algún flamenco que otro..... No admiten animales en el parque.

Es un paraje muy hermoso. Con unas rutas de una dificultad muy baja. Se puede ir andando con unas zapatillas normales incluso con los carritos de los niños. Hay tres rutas distintas. Amarilla, azul y roja. La amarilla (Isla de Pan) siendo la mas larga pero la mas interesante de las tres ya que suele estar siempre húmeda (las dos otras lagunas estaban secas en otoño). Pasa en medio de las tablas y el recorrido pasa por varios miradores donde uno puede sacar bonitas fotos y bonitos videos. Es recomendable llevar prismáticos para observar los diferentes tipos de aves y también informarse del parte meteorológico para saber que ropa llevar.

Precioso. Incluso sin tanto agua como el que debería haber, el lugar el precioso. Sendero fácil de seguir tanto por la dificultad como por la señalización. Faltaría poner carteles para los recordar a los visitantes que deben estar en silencio o hablar bajo. ¡Muy bonito!

Estas tablas o encharcamientos son debidos al desbordamiento del río Guadiana y Cigüela. Se trata de un territorio hipnótico y cautivador, sacudido hoy por vientos que predicen lluvias. Es un paraíso para las aves, que ocupa más de 5000 hectáreas teóricamente protegidas, máxime al tratarse de un Parque Nacional. Teóricamente. En los años 60 se dio comienzo a la canalización y desecación del Guadiana y afluentes con fines agrícolas, y a partir de los años 80 llegó la moda de los cultivos de regadío. Vive Dios que se regaban miles de hectáreas durante esas tardes de canícula, como si no hubiese un mañana. Nosotros fuimos testigos. Total, el acuífero 23, se decía, era prácticamente infinito. Parece ser que NO lo era. Tanto bajó el nivel freático que el Río Guadiana perdió sus “ojos”. También nosotros parecemos actuar con antojeras que nos anulan la más mínima visión de futuro y no nos permiten ver lo obvio. Ante intereses económicos, no hay quien nos pare. Lo primero es lo primero y todos sabemos qué es lo primero. Y si eso provoca un colapso del medio natural, habrá que tomárselo como un tsunami, un terremoto, un huracán ante el que estamos indefensos. ¡Que Dios reparta suertes!, decía mi abuelo.

Visitamos las Tablas de Daimiel en el puente de diciembre. Hicimos una visita guiada diseñada para niños.Nos encanto todo, el paseo, las explicaciones y curiosidades, las tranquilidad del entorno. 100% recomendable.

Buen sitio para dar un paseo y disfrutar de la naturaleza. Está muy bien acondicionado.

Nos gustó mucho. Fuimos un día un poco nublado pero el tiempo se acabó despejando y el paraje es muy bonito. Lástima que el nivel de algunas de las lagunas es bajo por la sequía pero aún así pudimos ver bastantes aves. Hicimos la ruta amarilla y la roja. Los caminos y pasarelas están bastante bien cuidados por lo que es una ruta sencilla y fácil para hacer con niños o personas mayores. Muy recomendable

Muy interesante ver las aves. Que pena poca agua en diciembre. Entrada gratutita y parking. No pueden pasar mascotas

Lugar emblemático. Desgraciadamente poca agua en el humedal, nada en el paso del Guadiana. Merece la pena atravesar el parque hasta llegar al centro de interpretación y tomar alguna de las tres rutas, o las tres, si tienes tiempo y ganas. Yo hice la amarilla, 2 km circular con observatorio y pasarelas con islas y un pequeño bosque de tamarindos.